La UME cumple 18 años: incendios, terremotos y un volcán
Pese a ser una de las unidades más jóvenes de las Fuerzas Armadas, alcanza las 670 intervenciones al llegar a la mayoría de edad
Sus 3.500 efectivos han participado en la extinción de incendios forestales, terremotos, inundaciones, Filomena, el volcán de La Palma y la pandemia
La UME en Marruecos: «No tenemos información de dónde ir a trabajar»

En una institución como las Fuerzas Armadas, con unidades centenarias, la antigüedad es importante; pero la Unidad Militar de Emergencias (UME) puede presumir de alcanzar la mayoría de edad con una hoja de servicios llena de éxitos. Incendios forestales, inundaciones, terremotos, un volcán ... y hasta una pandemia. En total, 670 intervenciones en sus 18 años de vida que han superado en ambición y aplausos la idea que tenían sus creadores cuando recibió el visto bueno del Consejo de Ministros el 7 de octubre de 2005.
Un testigo directo de todos estos años es el teniente coronel Jorge Serra Llopart, uno de los primeros efectivos en llegar a la joven unidad y de los pocos que se han hecho mayores de edad con ella; aunque en su caso la edad de retiro (61) esté ya cerca y a finales de 2024 pasará a la reserva y dejará a la UME seguir caminando sola. Sus ojos han visto en primera persona una evolución meteórica, desde unos inicios en los que «el entusiasmo» suplía la carencia de medios hasta la profesionalización de hoy en día, cuando más de medio centenar de países les han visitado para interesarse por el modelo, aunque pocos se hayan animado después a ponerlo en marcha debido a su coste y complejidad.
El teniente coronel Serra, entonces aún comandante, llegó a la UME de forma voluntaria pero sin saber si el salto tenía red. La unidad vio la luz ante la necesidad contar con un servicio de emergencias nacional, que actuara en todo el territorio sin depender de las comunidades. Pero como era de esperar, pronto surgieron los recelos autonómicos e incluso el Tribunal Supremo llegó a suspender su protocolo de actuación en el año 2008 tras un recurso del Gobierno vasco, aunque después ninguno se acordara de aquello y todas las comunidades hayan pedido e incluso aplaudido su ayuda en momentos de crisis.
«Había miedo por parte de protección civil de que llegaran unos militares y se pusieran a mandar, pero es totalmente al revés. Cuando la UME llega a una intervención, el jefe de unidad se presenta ante el civil al frente y se pone a sus órdenes -explica Serra-. Nosotros somos militares, tenemos procedimientos militares y necesitamos una misión en concreto. Desde la primera intervención en 2007 se han ido limando diferencias y ya no se asustan al vernos, al revés».
Esa primera intervención llegó exactamente en julio de 2007, cuando un gran incendio asoló la isla de Gran Canaria. La suerte, o la astucia, hicieron que la UME hubiera estado trabajando antes en la simulación de una emergencia precisamente en Canarias. Aunque una cosa es el papel y otra la acción, ese plan previo facilitó el despliegue, pese a que la unidad distaba mucho aún de estar totalmente organizada y solo al 25% de su nivel operativo. También llegó entonces el primer susto, cuando dos de sus efectivos resultaron heridos en el vuelco de un camión cisterna. Entonces no hubo que lamentar víctimas, pero el primer fallecido llegó en el año 2012 en la extinción de un incendio en la sierra de Gata, en Cáceres. En total cuatro militares de la UME han fallecido en acto de servicio desde su creación.

Intervenciones de la UME
2007-2023
Operaciones de Mantenimiento de la Paz
4
Otros
22
TOTAL
668
Operaciones internacionales
18
Incendios
forestales
482
Riesgos Tecnológicos y Medioambientales
38
Tormentas invernales
43
Inundaciones-rescates
59
Fuente: UME / ABC

Intervenciones de la UME
2007-2023
TOTAL: 668
Incendios forestales
482
Inundaciones-rescates
59
Tormentas invernales
43
Riesgos Tecnológicos y Medioambientales
38
Operaciones
internacionales
18
Operaciones de Mantenimiento de la Paz
4
Otros
22
Fuente: UME / ABC
El siguiente hito fue su primera salida internacional para intentar participar en las tareas de búsqueda y rescate de supervivientes en el terremoto que sufrió Haití en 2010. La unidad llevaba tiempo preprándose para una emergencia de ese tipo y 37 efectivos se subieron a un avión para ponerse manos a la obra, aunque de nuevo toparon con la realidad. «No nos dejaron aterrizar», recuerda atónito el teniente coronel. La UME no contaba con homologaciones internacionales, su vuelo acabó en República Dominicana y los especialistas militares no pisaron el suelo de Puerto Príncipe hasta días después. Perdieron entonces unas horas que son vitales en los seísmos para encontrar supervivientes y los españoles solo pudieron rescatar de los escombros el cuerpo de más de una treintena de fallecidos. Además, los militares están preparados para las peores situaciones, pero el impacto psicológico de Haití superó todas sus expectativas. «El Gobierno del país se paralizó, no había autoridad local y la situación era de inseguridad», evoca Serra. A ello se unió un calor asfixiante que aceleraba la descomposición de los cuerpos. «Psicológicamente no estábamos preparados».
De nuevo las lecciones aprendidas fueron lo más importante, la unidad puso en marcha todos los mecanismos para su clasificación por Naciones Unidas y no solo lo consiguió, sino que en el terremoto sufrido por Marruecos hace un mes la UME fue la encargada de coordinar a todos los equipos de emergencia internacionales.
En medio, la Unidad Militar de Emergencias ha respondido a la petición de ayuda internacional en nueve ocasiones, desde la primera de Haití hasta la más reciente en Marruecos, pasando por Turquía, Chile, México, Portugal, Ecuador y Nepal. En cada una de ellas una experiencia para la mochila de los militares. Por ejemplo, en la mente de la unidad está aún muy presente el rescate milagro de dos niños y su madre en Turquía 72 horas después del terremoto.
En territorio nacional han llegado todo tipo de actuaciones, esperadas como los incendios forestales e inesperadas como la pandemia o la erupción del volcán de La Palma. Aunque tampoco en ese caso fue una sorpresa para los militares, famosos por tener planes para todo. «Yo llevaba años trabajando en terremotos y volcanes y cuando lo contaba a mis amigos provocaba una carcajada. Después de La Palma ya no se ríen tanto», reconoce el teniente coronel.
El impacto del Covid-19
En su caso, un terremoto es la emergencia que más le marcó personalmente. Nueve personas fallecieron y más de 300 resultaron heridas en el movimiento de tierras que sufrió Lorca (Murcia) el 11 de mayo de 2011. Al día siguiente ya había 300 militares de la UME sobre el terreno y Serra recuerda la inmensa gratitud de la ciudadanía. En cualquier caso, el mayor impacto para los 3.500 efectivos que forman la UME fue compartido con el resto de la sociedad: la pandemia de Covid-19. Ellos fueron los primeros en vestir los equipos de protección para salir a la calle, primero para dar seguridad a la ciudadanía y después asumiendo labores como el traslado de cuerpos o tareas de desinfección, también en residencias de mayores. «La gente trabajaba al máximo, sin descanso».
En total, 670 intervenciones que han despejado cualquier atisbo de crítica y han merecido el aplauso unánime de la ciudadanía, aunque el teniente coronel Serra pide no olvidarse del resto de compañeros de las Fuerzas Armadas, más invisbles pero también «imprescindibles».
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